miércoles, 4 de marzo de 2015

Orígenes del museo (I): El gabinete de curiosidades

En la entrada anterior os hablaba de las Galerías, uno de los puntos de partida del museo moderno. Hoy toca introducir los Gabinetes de curiosidades, otro espacio sobre el que me gusta escribir, como sabréis los que me sigáis la pista. (Podéis ver mis gabinetes tanto en La Galería de Espejos como en Ácronos 2)


¿Qué es un gabinete de curiosidades?

 El gabinete es otro de los puntos de partida del museo moderno. Tiene su origen en los studioli de los príncipes renacentistas. 

Marqueterías del  studiolo de Federico III de Montefeltro.



 Eran lugares nacidos del coleccionismo y del humanismo que impregnaba la época. Objetos muy variados y libros llenaban la sala que venía a ser la evolución del espacio reducido del tesoro medieval que poseía toda iglesia (un espacio pequeño y apartado). 
El origen del studiolo está en la Francia del siglo XV, en la residencia papal de Aviñón que poseía un gabinete para libros. 
Federico de Montefeltro creó uno en el castillo de Urbino. Algunas mujeres poderosas de la época poseyeron también su propia sala como fue el caso de  Isabel de Este que aplicó criterios innovadores de disposición y clasificación dentro de su studiolo. 

Leonardo da Vinci, Retrato de Isabel de Este, 1499-1500

Los gabinetes o cámaras de maravillas tienen una orientación más científica que estética o de imagen de poder por lo que se ubican en espacios menos significativos de los palacios que las galerías. 
Es un nuevo espacio surgido de la curiosidad en expansión. En ellos se reunen colecciones de objetos naturales y artificiales, esto es, una imagen del mundo, un microcosmos.  

Mientras la galería era una sala alargada de gran tamaño y decoración suntuosa, el gabinete  es una habitación cuadrada y más restringida que muestra una acumulación de objetos en un espacio que no siempre se encuentra ornamentado. 



El modelo de la galería y el del gabinete de curiosidades desembocarán en el museo moderno que empieza a configurarse en el siglo XVIII. Se ha superado el modelo y se busca un edificio exento más allá de las tradiciones anteriores (aunque el poso permanece). Se desarrolla un nuevo modelo que llevará al museo neoclásico.
Más allá de esta evolución histórica, el gabinete de curiosidades resulta un espacio fascinante que dispara la imaginación. Varios de mis personajes literarios están relacionados con esas salas de maravillas. No puedo evitarlo, me atrapan los misterios y las posibilidades de los gabinetes. Tanto es así, que incluso colaboro con un proyecto expositivo del artista Gener que lleva a la realidad los gabinetes más fantásticos: Gabinete de quimeras.

En La Galería de espejos  hay un relato dedicado a ellos.  El relato en cuestión se titula de hecho El gabinete de curiosidades y he constatado que muchos lectores no conocían el término hasta toparse con mi cuento.
 Si quieres viajar a un gabinete hipotético y algo siniestro de la mano de Lady Blodbaaz, no dudes en leerlo. ;)

Fragmento de la ilustración de Leticia Zamora para el relato El gabinete de curiosidades


Empieza así: 

El famoso gabinete de curiosidades de Lady Blodbaaz había abierto sus puertas por un solo día. Una multitud de científicos hacía cola en el exterior de la mansión.
Lady Blodbaaz esbozaba una media sonrisa, sentada en su trono de terciopelo blanco. Su cabello, recogido hacia arriba en un altísimo y complicado moño, estaba adornado con multitud de esmeraldas pequeñas y dos rubíes. A un lado tenía una mesa con uvas y un abanico de plumas de pavo real; al otro, un frasco con embriones híbridos creados con pedazos vegetales y de león. Había también un mono disecado al que se había cosido con cuidado una cola de pez. En el piso superior se encontraban los esqueletos enormes de dragones, arpías y quimeras varias."



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